miércoles, 25 de mayo de 2011

LA MISERICORDIA




La misericordia es “la compasión que experimenta nuestro corazón ante la miseria espiritual o material de otro, sentimiento que nos compele a socorrerlo sí podemos”.
Significa colocar la miseria del prójimo en nuestro corazón. En un corazón que se compadece y que actúa. Es tener un corazón compasivo, que se duele por la miseria, la desgracia, el infortunio, la estrechez de otro, por su falta de lo necesario para sus necesidades básicas, por su extrema pobreza material y espiritual.

No está la misericordia solamente en socorrer al materialmente pobre, sino a todo el que es pobre, que padece cualquier otro tipo de pobreza. La pobreza no es siempre solamente pobreza material, falta exterior de alimento o de vestido. Hay otras carencias interiores que no se “ven” si no se tienen los “ojos de misericordia”, otras miserias que atentan contra la dignidad humana.

Dios dijo que “no sólo de pan vive el hombre”, y el acento hay que ponerlo tanto en la palabra “pan” como en las palabras “no sólo”. De ahí que lo que nos debiera movilizar a mayor celo sea la miseria espiritual, la persona que vive enemistada con Dios, que lo desconoce o que lo ignora.

Como decía Saint Exùpery, lo “esencial es invisible a los ojos”, de ahí que haya que esforzarse en penetrar en ese misterio que es el alma y el corazón del hombre que sufre. Los que sufren privaciones espirituales o intelectuales, los que sufren de ignorancia, desconcierto, incertidumbre y confusión por no conocer la verdad, los que sufren desorientados y confundidos porque necesitan luz y consejo, los que sufren sin saber por qué ni para qué sufren... que hoy (por la falta de sentido trascendente de la vida) son una gran mayoría.

Sería más fácil que algo nos indicara que el prójimo está en grado de “miseria interior”, esa pobreza profunda y escondida por la cual uno sabe que tiene el corazón herido. La prueba de que una persona sin carencias materiales es alguien necesitado de misericordia son sus síntomas de infelicidad, confesados o encubiertos. Allá donde una persona padece infelicidad está precisando de misericordia. Otra cuestión es que el que está necesitado de ella lo sepa o no, lo confiese o lo calle, quiera aceptar la misericordia o la rechace, pero si hay falta de alegría la señal es inequívoca.

Tan importante es la misericordia que Jesús nos la presenta como una llave más para entrar al Reino de los cielos: “Bienaventurados los misericordiosos porque ellos alcanzarán misericordia” sentenció en el Sermón de la Montaña. La misericordia que habremos tenido con nuestro prójimo, (no necesariamente porque se lo merezca, sino porque es el “próximo” y porque está mandado), será una llave para abrir la puerta de los cielos.

Jesús refuerza el concepto con la parábola del Buen Samaritano, quien se compadece de un hombre asaltado por los ladrones a la vera del camino. El buen samaritano también tenía sus propios planes, sus problemas y sus preocupaciones. Pero abandona el camino, se para, se detiene, sale de su comodidad, de su propio yo y se acerca al otro, al necesitado, tomando en cuenta que está herido.

El buen samaritano tuvo “compasión”, se compadeció, fue tocado en lo más profundo de su corazón por el sufrimiento ajeno. Tomó conciencia de la necesidad ajena y se detuvo. El sacerdote y el levita también lo habían visto, pero no habían penetrado en su necesidad y por eso siguieron de largo. No se dejaron involucrar con la necesidad ajena. El buen Samaritano presentará un nuevo sacerdocio: la actitud cristiana.

Este viaje entre Jerusalén y Jericó cambió los planes del buen samaritano, lo liberó de su egoísmo, de su propia preocupación, de sus propios planes, salió de sí y se volcó hacia el necesitado. “Ve y haz tú lo mismo” nos señala Jesús a todos en el Evangelio, mostrándonos el ejemplo a seguir, caminando por la vida y mirando a nuestro prójimo tratando de ver, de profundizar si nos necesita, y apoyarlo, (en lo posible), hasta dejarlo en la posada, (que es Dios), para que pueda seguir de pie el camino de esta vida terrena.

Estamos obligados a tener misericordia con los parientes y con los extraños, con los buenos y con los malos, con los que nos hacen favores y con los que nos agravian y la recompensa será, según Dios nos promete, ser tratados el día del Juicio de la misma manera en que habremos tratado a los demás.

Es importante recordar que el prójimo no se encuentra en África ni en la India, sino que es el más “próximo” a nosotros. Dios no nos pide que nos ocupemos metafóricamente del “hambre del mundo” sino concretamente del hambriento que nos golpea la puerta. Del que tenemos al lado, enfrente, delante, a la vista, a quien podemos solucionarle el problema del hambre, de la sed, de un trabajo u otra necesidad.

Dios nos pide que le tendamos la mano a quien está a nuestro alcance, no los que viven en otro continente y por quienes seguramente nunca haremos nada. Nuestros prójimos serán los que tenemos codo a codo en nuestra casa, en nuestro barrio, en nuestro círculo de amistades, en nuestra ciudad, y, como máxima extensión quienes viven en nuestra Patria, para no caer en la tentación de evadirnos de nuestra realidad concreta por soñar con enormes empresas que jamás haremos.

Nada más abstracto y menos concreto como acción de misericordia que vivir hablando de nuestra preocupación por el “hambre en el mundo”, por los que “no conocen a Dios” en el África, cuando estamos rodeados de “prójimos” por los “próximos” que están, que tampoco Lo conocen y que también tienen hambre espiritual y material.

La revolución anticristiana, en su propuesta de individualismo feroz, nos induce a pasar por la vida haciendo exclusivamente lo nuestro, lo que nos atañe, lo que nos conviene, a lo sumo sirviéndonos del prójimo y no involucrándonos con él. Para contrarrestar este ataque brutal a la persona humana y a su naturaleza, la Iglesia, tomando como referencia los consejos evangélicos del Sermón de la Montaña, enseña que las obras de misericordia a practicar son 14: (7 corporales y 7 espirituales).

Las obras de misericordia corporales son:

Visitar y cuidar enfermos.
Dar de comer al hambriento.
Dar de beber al sediento.
Dar posada al peregrino.
Vestir al desnudo.
Redimir al cautivo.
Enterrar a los muertos.

Las obras de misericordia espirituales son:

Enseñar al que no sabe.
Dar buen consejo al que lo necesita.
Corregir al que yerra.
Perdonar las injurias.
Consolar al triste.
Sufrir con paciencia los defectos del prójimo.
Rogar a Dios por los vivos y difuntos.

El pecado opuesto a la misericordia es la dureza de corazón, la crueldad. Nuestra sociedad actual es dura, seca y violenta porque poco o nada de esto existe en general (especialmente las obras de misericordia espirituales), ni se enseña a los niños y jóvenes para que se las practique. En todos los ámbitos de la sociedad tiene puesto el acento no en el prójimo sino en el individualismo exacerbado que arrasa con todas ellas. La propuesta que les llega a través de los medios de comunicación es totalmente materialista y en franca oposición a lo predicado por Cristo.

lunes, 23 de mayo de 2011

TE ESCUCHO

“Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos”.
Juan 15,13
“Estoy cansada, mis problemas me abruman. No creo poder salir de este laberinto”, palabras como estas hemos y seguimos escuchando e incluso diciendo. La vida y su afán no son agradables pero tenemos la esperanza muy dentro de nosotros que todo aquello cambiará en algún momento.
“La vida es hermosa”, escuchamos decir a otros tratando de alentarnos a seguir el espinoso camino. “Tú no estás viviendo lo que yo”, respondes con un tono nada agradable. Crees que aquellos que te llaman a vivir en esperanza no son más que charlatanes. Eso no es verdad.
Cuando alentamos a otras personas creo yo lo hacemos porque no deseamos ver esa expresión decaída en su rostro. Cuando preguntamos el por qué de esa carita triste y apagada es porque de alguna u otra manera queremos ayudar. Sin embargo, no lo hacemos. Preferimos mantenernos al margen ya que piensas que no eres nadie para entrometerte.
Personalmente creo que te equivocas y de gran manera. Recuerda que la razón por la que estamos en este mundo es para nada más y nada menos que amar a Dios con todo nuestro corazón, mente y fuerzas y aquí viene el segundo y gran mandamiento AMAR A TU PRÓJIMO COMO A TI MISMO.
Acaso ¿No te agrada que te animen cuando estás triste? ¿No aprecias a ese muchacho o muchacha que hace mil chistes o muecas con el único objetivo de ver una sonrisa en tu rostro? Creo que la respuesta es Sí.
Cuando presenciamos a otros preocuparse por nosotros sentimos que nuestro corazón se desborda de alegría. Es hermoso sentirse amado o amada. Sentir que le importamos a otros es como sentir que las fuerzas se renuevan. Recordemos que estamos en esta tierra para vivir una vida pero no una cualquiera sino una de abundancia.
Sabes cuan necesario es un abrazo en los tiempos difíciles o una llamada telefónica diciéndote “estoy contigo”. Sé que es nuestro Señor Jesucristo quien nos renueva las fuerzas pero también sé que nosotros no estamos pintados. Actuemos, preocupémonos por el bienestar del vecino(a), del hermano(a), de nuestros padres, de nuestros amigos de la universidad.
No nos conformemos a ser espectadores, no seamos indiferentes. Créeme que con un ¿Cómo estás? seguido de un cuéntame te escucho, basta. El amor hay que vivirlo todos los días y no sólo con nuestros seres queridos, parejas y hermanos en Cristo, sino también con cualquier rostro triste que deambula por nuestras narices y nosotros ni importancia le damos. Amar a nuestro prójimo es hermoso. Recordemos que cada vez que ayudamos a alguna persona es como si ayudáramos a nuestro mismo Señor, ya que todos somos creación de él, por lo tanto todo se relaciona con él.
Te invito a que llames, escribas, o busques a tus amigos, conocidos, hermanos, padres y les digas te amo, te quiero, te estimo, me importas y mucho dime ¿cómo te fue hoy? Y por favor aprendamos a escuchar y no sólo oír. Estoy segura que nos gustaría mucho que nos escuchen de corazón y no sólo nos sigan la corriente, no hagamos con otros lo que no quieres que hagan contigo.

¿Cómo estás? ¿Tuviste un mal día? No te preocupes más. Mi anhelo más grande es escucharte. Cuéntame acerca de ti. Me importas mucho amigo(a)

Autora: Estephany Cordova V.

sábado, 21 de mayo de 2011

ORACION PARA APRENDER A AMAR



Señor, cuando tenga hambre, dame alguien que necesite comida;
Cuando tenga sed, dame alguien que precise agua;
Cuando sienta frío, dame alguien que necesite calor.
Cuando sufra, dame alguien que necesita consuelo;
Cuando mi cruz parezca pesada, déjame compartir la cruz del otro;
Cuando me vea pobre, pon a mi lado algún necesitado.
Cuando no tenga tiempo, dame alguien que precise de mis minutos;
Cuando sufra humillación, dame ocasión para elogiar a alguien; Cuando esté desanimado, dame alguien para darle nuevos ánimos.
Cuando quiera que los otros me comprendan, dame alguien que necesite de mi comprensión;
Cuando sienta necesidad de que cuiden de mí, dame alguien a quien pueda atender;
Cuando piense en mí mismo, vuelve mi atención hacia otra persona.
Haznos dignos, Señor, de servir a nuestros hermanos;
Dales, a través de nuestras manos, no sólo el pan de cada día, también nuestro amor misericordioso, imagen del tuyo.

-Madre Teresa de Calcuta M.C.

jueves, 19 de mayo de 2011

ORAR POR NUESTROS HERMANOS ( PRIMERA ACTIVIDAD)


Muchas de las personas que me escriben me preguntan que es orar, y la mayoría de ellas confunde orar con rezar, orar es conversar con Dios y rezar es repetir una oración ya escrita, para mi la oración es algo que necesito a diario, es estar en contacto con mi padre, yo le converso, le cuento mis penas, alegrías, dudas y cuando estoy muy confundida le pido respuestas, y le agradezco con todo mi corazón porque siempre las obtengo.

No soy inmune a los problemas puesto que todos los tenemos, pero cuando tu estas en contacto con tu padre te sientes fuerte para enfrentar cualquier problema que tengamos, y si te esfuerzas el siempre te ayudara, por eso siempre da lo mejor de ti en todo, en tus relaciones, trabajo, familia, amigos, hazlo sin esperar nada a cambio solo por la satisfacción de  sentir que haces lo correcto.

Y dime en tus oraciones te acuerdas de pedir por tus semejantes?, la mayoría dirá si claro, por mi madre, padre, hermanos, amigos, etc. Pero rara vez pedimos por personas que recién conocemos, yo al igual que todos era así, pero en mi vida de la mano de mis ángeles aprendí que debemos pedir al padre por nuestros hermanos, aprendí a no decir pobrecito cuando paso por el lado de una persona durmiendo en un anden, aprendí a decir con todo mi corazón “Padre Mio ten misericordia de este hijo tuyo no lo desampares”, algunos dirán pero eso no ayuda, claro que si, por este motivo una de las primeras actividades que realizare en el Movimiento Espiritual Luz de Ángeles es una cadena de oración, por el momento y por ser primer día de Luz de Ángeles, te invito a ti que estas leyendo esto a dejar tu petición de oración y a orar por tus hermanos de corazón.

Les explicare yo como lo hago, lo primero para mi es orar ( conversar con Dios durante media hora mas o menos) en esa conversación siempre le pido por mis amigos, por mi familia y por las personas que han mandado pedido de oración en el grupo “ Oración de Cristal” a veces son varios y para no olvidarlos los anoto.

yo soy mariana 100% amo a mi mamita María, siempre he obtenido amor y protección por parte de ella y la he visto un par de veces, por eso y con todo mi corazón luego de orar a diario hago el santo rosario, también converso un ratito con ella y también le encomiendo los pedidos de oración.

Por ultimo, medito, me encanta porque me relaja mucho y me deja en un estado total de paz, hago oraciones (conversaciones con ellos) a los ángeles, le pido a Dios que me permita la colaboración y protección de sus santos ángeles y le agradezco por mis ángeles de la guarda.

Porque Jesús dijo:
También les aseguro que si dos de ustedes se unen en la tierra para pedir algo, mi Padre que está en el cielo se lo concederá. Porque donde hay dos o tres reunidos en mi Nombre, yo estoy presente en medio de ellos. (Mateo 18:19)

En este momento soy solamente yo y los ángeles pidiendo, pero si tu quieres hacerlo y no estas en Cail puedes hacerlo en tu casa, y a las personas que viven en Cali, anímense mándenme un email y así oraremos juntos.

amigosluzdeangeles@hotmail.com


Dios te bendiga

Ingrid 

martes, 17 de mayo de 2011

TE INVITO A PARTICIPAR


Puede que mi vida siempre haya estado llamada por la parte espiritual, gracias a Dios, siempre he sentido su llamado en mi corazón y por ese motivo, me hice amiga de nuestros hermanos los ángeles, ellos en lo que llevo de tiempo con ellos me han acercado a Dios y me han enseñado muchas cosas, las cuales me han llevado a ver el mundo de otra forma, y han llenado mi corazón de amor, he tenido caídas y alegrías en este proceso, pero siempre he sacado enseñanzas de los momentos difíciles, cosa que muchas no entendemos en nuestros dias duros.

Gracias a ellos cree varios blogs espirituales, como son “AMIG@S DE JESÚS”, “AMIG@S DE MARIA” Y “TU ANGEL” y debido a lo que aporto con cada uno de ellos y lo que ha logrado en la vida de muchas personas, mi corazón se decidió ir mas allá, e invitar a mas personas con el mismo sentimiento en su interior que desee ayudar, que sientan amor en su corazón por su prójimo, esa gran enseñanza que nos dejo nuestro señor Jesús,hacer obras de amor con los demás, por este motivo cree “LUZ DE ANGELES”, porque en todos estos años que llevo ayudando a las personas me he dado cuenta que muchas veces necesitamos un angel terrenal, que nos oriente para acercarnos a Dios y no sentirnos solos y abandonados, es verdad que Dios siempre esta con nosotros y que los Ángeles cuidan y protegen, pero a veces necesitamos ese abrazo, ese gesto, esa mano, para dar el primer paso.

Decidí colocarle Movimiento Espiritual, porque a pesar de que soy católica, respeto todas las religiones, y si en tu corazón hay amor para mi esa es la religión universal

Por eso a ti que estas leyendo esto y entraste en esta pagina y te sientes identificado(a) con estas palabras te invito a unirte a Luz de Ángeles, estamos comenzando, por eso necesitaremos, muchos corazones dispuestos y comprometidos con el hermoso mandamiento de amar a los otros.

Gracias por leerme y espero que  seamos amigos.

Que Dios te bendiga

Ingrid


Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...