miércoles, 18 de enero de 2012

COMPARTIENDO LA LUZ

¡Qué paz trae a nuestro corazón la seguridad de caminar por la vida en el camino correcto!

¡Cómo en este caminar de nuestra vida, el ejemplo de las personas deja una marca imborrable!

Tantas y tantas experiencias en donde hemos visto y tocado con nuestras manos y corazón la bondad, la servicialidad, una muestra de cariño, un consejo, o la ayuda en un momento difícil de nuestra vida; estoy seguro que ese gesto no ha caído al vacío, no se ha perdido. Todos tenemos un importante papel que desempeñar, todos estamos llamados a ser luz, apoyo, guía de los demás; en definitiva, todos necesitamos de todos para llenar nuestra vida de la verdadera luz, la luz de Dios, que es la luz del amor y de la felicidad.

Un filósofo contó a sus discípulos la siguiente historia:

"Varios hombres habían quedado encerrados por error en una oscura caverna donde no podían ver casi nada. Pasó algún tiempo y uno de ellos logró encender una pequeña tea; pero la luz que daba era tan escasa, que aun así no se podía ver nada. Al hombre, sin embargo, se le ocurrió que con su luz podía ayudar a que cada uno de los demás prendiera su propia tea, y así, compartiendo la llama con todos, la caverna se iluminó".

Uno de sus discípulos preguntó: -¿qué nos enseña maestro este relato?

Y él contestó: -Nos enseña que nuestra luz sigue siendo oscuridad si no la compartimos con el prójimo. Y también nos dice que el compartir nuestra luz no la desvanece, sino que por el contrario, la hace crecer. El compartir nos enriquece en lugar de hacernos más pobres. Los momentos más felices son aquellos que hemos podido compartir.

Que Dios nos dé siempre la luz para iluminar a todos los que pasen por nuestro lado.

La verdadera amistad es flor, que se siembra con honestidad, se riega con afecto y crece a la luz de la comprensión. Si una vela enciende a otra, así pueden llegar a brillar miles de ellas. De igual modo, si iluminas tu corazón con amor, puede que ilumines a otro corazón. Mi deseo en este día para tí es: que sonrías, que seas amable, que te muestres interesado por las personas, y así, tu luz brillará y ésta hará que otra luz se encienda cerca de tí. Hoy nos toca a nosotros.

En los años que llevas de vida ¿a cuántos has iluminado?, ¿con quién has compartido tu luz? Espero que no te hayas cansado de seguir haciéndolo, porque lamentablemente los hombres somos así, nos cansamos.

Recuerda: Que tu luz, si no la compartes, seguirá siendo oscuridad; tu luz, nos diría Jesús, no es para que la escondas debajo de la cama o en el armario de tus egoísmos, es para que ella, uniéndose a todos los que queremos iluminar a este mundo, se sume a la gran antorcha humana, que en definitiva es el reflejo de Dios en el mundo.

Tú eres importante ¡y vaya que sí lo eres! y todos esperamos mucho de tí. Comparte hoy tu luz y verás ¡qué feliz serás!

Autor: P. Dennis Doren L.C. | Fuente: Catholic.net

lunes, 9 de enero de 2012

Gozar de la Sensación de Ayudar a Los Demás.

Lo que eres capaz de hacer por una persona sin obtener Beneficio alguno, es precisamente lo que más Beneficio te reporta.

La vida nos da muchísimas oportunidades para ayudar al prójimo todos los días. Dentro de nuestras posibilidades esta la oportunidad de ser generosos, porque si se nos presentan estas experiencias, es seguro que las generamos nosotros para sentirnos bien viviéndolas.
Es importante saber cuándo de verdad puedes ayudar o no. Primero tiene que ser un sentimiento sincero, salirte del corazón, no se ayuda por obligación sino por devoción. En ese instante tu das lo mejor de ti y no importa si recibes al mismo momento, no necesitas que te den las gracias, tú ya recibes, porque sientes el gozo de tu ser interior vibrando por la alegría de ser.
Lo más increíble que me resulta es que aunque puedas prestar la misma ayuda a la misma persona, o a otras, la sensación siempre es diferente y además se incremente. Es como si te enganchara el ayudar a otras personas. Tienes un subidón pero sin drogas, tu cuerpo genera hormonas de la felicidad y ese torrente de Alegría circula por tu cuerpo, contagiándolo todo a tu alrededor.
Algunas personas que incluso te quieren pueden no entender porque te entregas y das a los demás, incluso pueden llamarte iluso o necio. Pero no solamente no eres un tonto, sino que muy inteligente diría yo. Has descubierto la manera más fácil, corta y sencilla de ser Felicidad, y es poniendo tu granito de arena para hacer más felices a otros.
Desde este punto de vista, tener el don de poder ayudar es un privilegio. Que el Universo provea esas circunstancias tan concretas para desarrollar ese don, es un milagro, y lo mejor de todo es que ese milagro ocurre todos los días, e incluso varias veces al día. ¿Qué más se puede pedir?
Si crees que las personas quieren aprovecharse de ti, ves que hay mucha gente que solicita tu ayuda, y tienes dudas de esta ayuda sea justificada. Posiblemente es el universo que te está poniendo a prueba. Es tu mente la que analiza en términos de dar y recibir y de que puedes perder en este intercambio. Eso es imposible, nunca puedes perder cuando das con el corazón. Si se te generan estas experiencias a menudo, quizás sea el don tuyo el de dar y quizás están poniéndote las oportunidades que necesitas para darte cuenta.
Plantéate probar a dar, generosamente, sinceramente por lo menos a modo de prueba y a ver cómo te sientes. Quizás sea este el verdadero propósito de tu vida. Me alegro por ti. Goza de la sensación de ser útil a los demás.

Gracias, Gracias, Gracias

sábado, 7 de enero de 2012

AYUDAR A LOS DEMAS

Autor: Adhemar Cuellar
Así que no debemos cansarnos de hacer el bien, porque si no nos desanimamos, a su debido tiempo cosecharemos. Por eso, siempre que podamos hagamos bien a todos, y especialmente a nuestros hermanos en la fe. (Gálatas 5,9-10)
En clase de catecismo el Sacerdote  les enseñaba diciendo:
-Recuerden niños, uno está en este mundo para ayudar a los demás.
Uno de los niños confundido pregunta:
Padrecito tengo una duda al respecto ¿y para qué están los demás?…
Si usted dedica su vida, su tiempo, su dinero para ayudar a los demás,  al conocer que muchas personas ni siquiera le dicen gracias, otras tantas son indiferentes, usted puede caer en la terrible tentación de preguntarse como el niño ¿y para qué están los demás?  Esto hace que muchas personas dejen de hacer el bien, dejan de ayudar  al prójimo.
Ante la indiferencia de los demás por unirse a nuestra lucha de hacer el bien, no tenemos que cansarnos,  de ninguna manera debemos dejar de hacer el bien porque si no nos desanimamos a su debido tiempo cosecharemos. (Gálatas 5,9)
Acuérdense  de esto: El que siembra poco, poco cosecha, el que siembra mucho, mucho cosecha (2da Corintios 9,6)
Mi experiencia en estos años de hacer el bien me ha llevado a experimentar y vivir  las palabras de Cristo: “Hay mayor felicidad  en dar  que en recibir”  (Hechos 20,35)
Un día Gustavo, aconsejaba  a su hijo Tavito de cinco años,  reiterándole varias veces: “hay mayor dicha en dar antes que recibir”.
- No te olvides hijo mío   “es mejor dar que recibir”  le recordaba a su pequeño hijo.
Terminados los consejos para Tavito,  sale al parque a jugar con sus amiguitos, uno de ellos empieza a molestarlo, y terminan peleando.   Al escuchar el alboroto del combate infantil, Gustavo   corre y detiene la pelea.   Ya en casa Gustavo reprende a su hijo   por la pelea con su amiguito.  Entonces el niño con la inocencia de la edad y apuntando con el dedo a su papa le dice:
-Tu tienes la culpa papa,  tú me dijiste   que es “MEJOR DAR QUE RECIBIR”…
Nunca olvidemos hermanos que hay mayor dicha en dar antes que recibir,  por eso sigamos  haciendo el bien, continuemos  dedicando tiempo y dinero en el Reino de Dios,  continúenos  sembrando en la vida de los demás,  sigamos  ayudando a los demás.
Oración: Padre bueno, hoy queremos pedirte que renueves en nosotros el don de la generosidad, regálanos Señor la gracia de poder seguir adelante invirtiendo tiempo y dinero para hacer el bien, queremos seguir ayudando a los demás sin desanimarnos.  Te pedimos por todos los que se han privado de mucho, por hacer el bien, que ellos puedan vivir y experimentar lo que tú nos enseñaste: Hay mayor felicidad en dar  que en recibir” Amen
Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...